La economía circular es una tendencia que ha llegado para quedarse, por su enfoque en el beneficio que se revierte a la sociedad, sea cual sea la actividad emprendida. Si no has oído hablar de ella, debes saber que este concepto se aplica cuando se pretende reutilizar los recursos, de forma que entran en un circuito cerrado de reciclaje, con el objetivo de minimizar el desaprovechamiento. A diferencia de, por ejemplo, la economía lineal, que prevé un inicio y un final en los recursos que utiliza, la circular propone introducirlos en un ciclo potencialmente sin fin de optimización.
Su popularidad crece en paralelo al aumento de la contaminación medioambiental y el crecimiento de la población en las últimas décadas. La actividad humana se multiplica junto a su población, y entre otras muchas cosas, ello implica un mayor desgaste para el medioambiente. Con la adopción de la economía circular se busca precisamente minimizar el impacto humano sobre la Tierra, mientras se aprovechan recursos que se pensaban desechos. A nivel económico, esto puede devenir en aumentar la rentabilidad y el ahorro en bienes.
Aplicaciones de la economía circular
Esta forma de valorar la vida útil de los materiales tiene especial cabida en el sector de la construcción. En una industria donde el objetivo es crear soluciones a base de materiales, la gestión de los recursos es especialmente importante. El fin de este modelo económico no es otro que mermar la huella e impacto negativo sobre el planeta, mientras se genera valor a la sociedad.
Una forma de evitar el desperdicio es ser especialmente cuidadosos en la selección de la materia prima. También apostar por energías renovables y alargar, en tiempo, los materiales y productos para una mejor gestión de los residuos. Además, el desarrollo de planes estratégicos, propios de la actividad, permite prever la restauración y recuperación de los recursos, para reciclarlos, repararlos y reutilizarlos.
Para ello, en el plan de gestión por etapas que conlleva un proyecto de construcción, se deben anticipar las distintas fases de la obra, así como de dónde vienen los materiales y adónde irán. Según el tipo de proyecto, si se empieza de cero o se trata con estructuras pre existentes, se debe considerar la aparición de escombros o materiales antiguos, o incluso en algunos casos, residuos peligrosos que conllevan un tratamiento especial.
Dintelar y su compromiso
Del criterio de “usar y tirar” cada vez son más las empresas que evolucionan y se suman al compromiso de renovar y reutilizar. Nuestra misión es ofrecer un servicio óptimo, con proyectos supervisados en cada una de sus fases, y siguiendo un nivel de exigencia que permita garantizar altos estándares de calidad y una máxima garantía.
Dintelar cuenta con la madurez y experiencia de décadas operando en el sector, por eso, en el objetivo de adoptar soluciones que brinden seguridad, se suman prácticas sostenibles que generan un valor agregado a nuestras puertas y cierres. Con la aplicación de los principios de la economía circular, nos comprometemos a extender nuestro trato de responsabilidad no sólo con el cliente, sino con la sociedad.
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