La primera toma de contacto de un negocio físico con el cliente se podría decir que comienza en la puerta de dicho establecimiento. La puerta representa el inicio del proceso de venta de cualquier negocio con localización física. Por lo tanto, es fundamental tener en cuenta que una puerta comercial debe cumplir una serie de características que conlleven a que el paso del cliente por el establecimiento implique una buena experiencia. A continuación, explicamos estas características fundamentales:

1. Accesibilidad

El primer objetivo que debe cumplir una entrada de un local comercial es permitir el acceso de los clientes sin inconvenientes ni obstáculos que impidan que haya un cruce cómodo. Se trata, en definitiva, de facilitar la entrada o la salida de las personas que pasan por el local. En cuanto a dicha accesibilidad, es conveniente tener en cuenta la variedad de clientes que puede llegar a atender un negocio; desde personas mayores, hasta adultos con carros de bebés, pasando por personas con algún tipo de minusvalía física. En este sentido, será necesario contemplar una anchura suficiente a la hora de diseñar la instalación de la puerta automática para facilitar al máximo la entrada o la salida de los clientes. Una de las opciones más recomendables son las puertas automáticas de cristal ya que cuentan con un mecanismo automático que permite entrar o salir sin realizar ninguna acción extra, más que la proximidad a dicha puerta. Dado el caso de que alguna persona acceda al local comercial cargando bolsas en las manos o maniobrando sobre una silla de ruedas, agradecerá enormemente el mecanismo automático a través del cual estas puertas detectan, vía sensor, la presencia de las personas.

2. Visibilidad

Una puerta traslúcida permite, desde fuera, observar el interior del local comercial, así como la disposición de dicho establecimiento o el conjunto de productos que éste puede llegar a ofrecer. Por lo tanto, es altamente recomendable que el cliente aprecie el interior del local desde fuera ya que ello genera una sensación de confianza y transparencia, que no existiría en el caso de que la puerta fuera opaca y oculta a la vista exterior. Asimismo, las puertas de cristal en la entrada de un local comercial posibilitan el acceso de la luz natural, lo cual transmite también una sensación de amplitud en el interior de dicho establecimiento. Mientras que, por el contrario, las puertas opacas o enrollables, a pesar de ofrecer mucha seguridad, no permiten la visión del interior, tanto cuando el negocio está abierto como cuando está cerrado.